- Inicio
- Historia
Un viaje que nos encontró… y que hoy queremos compartir contigo
“Donde el Viento Nos Lleve no nació como un plan, sino como un llamado:
una invitación a dejarnos llevar por la magia de los caminos antiguos, vivir la aventura sin prisas, seguir un impulso profundo… y descubrir que cada viaje puede ser mucho más que una ruta: puede ser una travesía interior.”
¿Cómo empezó todo?
A veces es el camino quien nos elige.
Desde niño, Egipto susurraba en mis sueños.
No era solo el eco de las historias bíblicas que escuchaba —José llegando como esclavo, Moisés cruzando el Mar Rojo—, era algo más profundo: una llamada que creció conmigo.
Las novelas históricas de Christian Jacq solo avivaron ese fuego temprano: Egipto dejó de ser un lugar lejano para convertirse en una pasión viva.
La primera vez que pisé su tierra, supe que algo había cambiado para siempre.
Caminar entre ruinas milenarias, sentir el calor del desierto, descubrir que tras cada piedra había no solo historia, sino vida… fue un despertar.
Más allá del asombro inicial, Egipto me enseñó que no es solo su pasado lo que deslumbra: es la calidez de su gente, la sencillez de sus gestos, la fuerza de sus silencios.
No fue un viaje.
Fue un reencuentro con algo que siempre estuvo esperando.
Y ese reencuentro plantó una semilla: la necesidad de compartir esta experiencia auténtica, para que otros también pudieran vivir, no solo ver, esta tierra infinita.
El viento nos llevó... más allá
Durante mucho tiempo, Egipto fue para nosotros una historia personal.
Un lugar que descubrimos a nuestro ritmo, no para tachar destinos, sino para entender los silencios, los colores y las miradas que no aparecen en los folletos turísticos.
Compartir esa experiencia se volvió casi inevitable.
Amigos y conocidos empezaron a preguntarnos por rutas, consejos y relatos.
Y así, de manera natural, surgió la idea de organizar un primer viaje.
Hoy estamos dando nuestros primeros pasos.
Nuestro primer recorrido como Donde el Viento Nos Lleve será en octubre, junto a amigos y amigos de amigos que se han sumado a este sueño que empieza a desplegarse.
Sabemos que viajar a Egipto es sencillo: basta elegir una agencia y seguir un itinerario.
Pero lo que queremos ofrecer es otra cosa: una forma de viajar que transforme.
No ser turistas que pasan, sino viajeros que se integran, que miran, que caminan despacio.
Egipto no es solo su historia antigua.
Es también el presente que se respira en sus mercados, en sus cafés, en sus calles vivas.
Y es ese Egipto —el que sigue latiendo hoy— el que queremos invitar a descubrir.
Estamos comenzando.
Y esa frescura, esa primera vez que también es nuestra, es parte de la magia: formar parte de una historia que recién comienza a escribirse.
De la pasión al conocimiento
Cuando alguien ama un lugar de verdad, tarde o temprano busca comprenderlo más allá de lo que los ojos alcanzan a ver.
Así fue también el camino de Patricio y Carolina.
Patricio, Ingeniero Civil en Metalurgia de formación, dedicó años a su carrera técnica, mientras su pasión por Egipto crecía en silencio. Finalmente decidió dar un giro y enfocar su energía en
construir otros puentes: no de metal, sino de historia y vida.
Para acercarse aún más a esa tierra, comenzó a estudiar dialecto árabe egipcio con Sarah, una profesora egipcia del norte de El Cairo, quien no solo enseña el idioma, sino también la forma de sentir su cultura.
Hoy cursa el segundo nivel de Gramática Árabe en el Centro de Estudios Árabes de la Universidad de Chile, donde también completó un Diplomado en Egipto y Medio Oriente Antiguo, y un Curso de Introducción a los Jeroglíficos Egipcios.
Cada aprendizaje es un intento de escuchar más de cerca la voz antigua que aún respira entre las piedras.
Carolina, también Ingeniera Civil en Metalurgia, continúa trabajando en su profesión, pero comparte esta pasión profunda por los viajes y las culturas vivas. Su mirada curiosa y abierta enriquece cada paso de este proyecto.
Para ambos, el aprendizaje no es una credencial para exhibir, sino una forma de respeto.
Cada viaje que organizan nace de la humildad de saber que Egipto, como toda tierra viva, siempre tiene algo nuevo por enseñar.
Compartir ese Egipto —el que late detrás de las postales— es lo que los mueve: no para mostrarlo, sino para invitar a otros a sentirlo como parte de su propia historia.
Asuán
Monte Sinaí
Abu Simbel
El Cairo
Tel El Amarna
Luxor
Nuestro Compromiso Hoy
Desde Donde el Viento Nos Lleve, seguimos creyendo
en lo mismo que nos inspiró a dar los primeros pasos:
que viajar es mucho más que trasladarse de un lugar a
otro. Es acercarse, aprender, transformarse.
Cada viaje que diseñamos está respaldado por años de
estudio, de caminos recorridos con calma y de vínculos
sembrados en el terreno.
Nuestros viajeros no son clientes: son compañeros de
ruta. Los tratamos como trataríamos a un amigo que
invitamos a conocer algo que amamos profundamente.
No buscamos simplemente que el viaje sea placentero.
Buscamos que sea inolvidable, que deje una huella.
Queremos facilitar encuentros reales: miradas,
conversaciones, silencios que queden grabados más
allá de la fotografía.
Viajar con nosotros no es contratar un servicio turístico.
Es ser parte de una comunidad de personas que
comparten una pasión genuina por descubrir,
comprender y respetar las culturas que han dado forma
a nuestra humanidad.
Una Invitación Personal
Cada viaje en Donde el Viento Nos Lleve
lleva nuestra huella, aunque no siempre
estemos físicamente allí.
Algunos caminos los recorremos junto a
nuestros viajeros. En otros, confiamos en
anfitriones locales que comparten nuestra
manera de mirar Egipto: con respeto,
calma y pasión.
Hoy te invitamos a sumarte a esta travesía
que sigue creciendo, paso a paso, en cada
historia vivida.
¿Listo para dejarte llevar?